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lunes, 28 de noviembre de 2016

Cobardía o Valentía... Del ego al Alma...


Hola de nuevo, caminantes… ¿Cómo os fue la semana? Espero que con alegría radiante en cada día vibrante… Hoy, unas reflexiones acerca de la cobardía emocional, mal endémico de nuestras sociedades, como consecuencia del incrustamiento del programa "miedo" y por tanto, del gobierno del "ego" en nuestras vidas. Y que conste, que son reflexiones surgidas a propósito de experiencias y vivencias personales… Veamos… En la vida, nos van surgiendo desafíos y retos, que se nos presentan como oportunidades de crecimiento personal, y que nos van pidiendo solución. Y, en muchas ocasiones, en vez de tratar de resolverlos, salimos por la tangente y lo dejamos ir sin solucionarlos por miedo. Metemos la cabeza, como el avestruz, bajo tierra, para que pase la tormenta y no nos alcance. Pero lo que no resolvemos, nos llega una y otra vez, en hechos cada vez más desagradables, hasta superarlos, e integrar las lecciones. El miedo nos bloquea y paraliza, nos separa de los demás, pues nos han adoctrinado que estoy yo, y luego el mundo… y no es así, todos formamos parte del Todo. No es tú y yo, es SOMOS. Este ego, que actúa desde esa falsa creencia que somos entes separados, es cobarde, a diferencia del alma, que es valiente, pues no tiene nada que esconder. Mejor un corazón roto que pueda sanarse, que otro convertido en piedra por no permitirse Ser y Amar…





Amig@s… el ego tiene que quedar siempre por encima, como el aceite, sin poder diluirse, uniéndose con la otra parte formando algo más grandioso. El ego o gana o muere en el intento, no hay más opciones… Por tanto, siempre tiene razón, y son los demás los que están equivocados. El ego trabaja desde la opacidad, se pone una armadura y se lanza a la guerra… El alma camina TRANSPARENTE, confía totalmente en la grandeza del Creador, sabe que es uno con él/ella, y eso es la mayor protección que pueda portar… Acepta que es vulnerable, que no es sinónimo de debilidad, sino todo lo contrario: fortaleza impenetrable, pues es tener la suficiente humildad para saber que siento, luego existo… Es admitir que cuando siento dolor, será positivo, porque me estará advirtiendo que algo no estoy haciendo bien… El dolor es la señal que me manda el Universo para advertirme que por ahí no… y el cuerpo me lo indica en incomodidad (incluso enfermedades), en no sentirme en paz, tranquila y serena por mi pensamiento, sentimiento o comportamiento impecable, que no perfecto. Ser vulnerable es negarse a ser un robot o una máquina, que congele mis emociones y sentimientos, para no saber discernir el sendero por el que debo caminar, siguiendo a la Verdad.



El alma vive y existe pensando… "bueno… igual me he equivocado… no soy perfecta… estoy aquí para aprender y seguir evolucionando y elevando mis frecuencias hacia el amor incondicional, hacia el sentimiento nacido en el corazón de la unidad que somos con todos….". Por tanto, en esa HUMILDAD, el alma siempre trata de comprender qué no hizo bien y no rehúye, da la cara y va de frente, mas no para confrontar, ella no va a la guerra, ella se sienta en un círculo y escucha para comprender, no para contestar. Trabaja desde la COMPASIÓN, es decir, desde un espacio de comprensión del dolor y sufrimiento del ser humano. Es valiente porque consensua, cede y admite sus propios errores, con propósito de enmienda, elige no ser víctima, acepta su responsabilidad y adquiere el compromiso de no volver a repetir. No trata de convencer para que le den la razón, ella expone sus hechos desde el corazón. Es coherente entre lo que piensa, siente y hace. Herman@s… para pedir perdón hace falta ser muy valiente, pues es admitir ante uno mismo y los demás: me equivoqué. Fijaos qué coraje es necesario portar para ello, y qué liberador… En cambio, vivir desde el ego, es transitar en soberbia y prepotencia. Dicen, que ante los problemas de la vida hay 3 estrategias, que no resuelven nada: huir, paralizarse o enfrentar… y ninguna funciona en "modo alma".



Compañer@s… la única manera de afrontar (que no enfrentar) es fluir, aceptar lo que el otro nos tenga que decir, sobre todo cuando nos lo dice una persona que nos ama. Reconciliación y propósito de enmienda… No veáis que paz y serenidad deja en el corazón, la carga se alivia, y te sientes flotar, dada la liviandad de admitir las equivocaciones que hayamos podido cometer. Lo contrario, y cuando el ego se ve "pillado", es posicionarse en el papel de víctima… y amig@s… hasta no salir de ese papel, no resolveremos nada… tan solo perpetuaremos en el tiempo, las lecciones que nos esperan fuera de ese personaje de "pobrecilla que soy". Seguiremos permitiendo la situación donde nos encontramos y, como dijo Jung, lo que permitimos, promovemos, lo que negamos nos somete, y lo que aceptamos nos libera. Tiempo es de liberarnos y de desprogramar el "miedo". Empoderarnos, para recoger nuestro poder interno cedido. Cuando lo hacemos, al final nos damos cuenta que solo fue una ilusión, pues no existe en realidad. Y otra cosa… tampoco ir de salvadores… Cada persona tiene su tiempo y su proceso y no tenemos derecho a intervenir (eso también sería ego… jejeje… tiene muchas caras y se camufla muy bien…), a no ser que de corazón nos pidan que echemos una mano, y lo haremos contando nuestras propias experiencias, sirviendo. Caminantes… con solo tu DECISIÓN, al elegir existir en esta vida con valentía y desde el alma, los milagros empiezan a sucederse, y la Paz se instala en tu corazón… 



Hasta aquí por hoy, pues tengo mucho carrete… Esto es tan solo mi sentir, y mi sabiduría y experiencia… y puedo estar equivocada… jejeje… Discernir por vosotr@s mism@s… Hasta la próxima, recibid un gran abrazo de esta viajera del despertar…

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