Me gusta

domingo, 24 de julio de 2016

Cuida lo que siembras...

Buenos días compañeros del camino... Hoy sin ánimo de extenderme mucho, quería reflexionar con vosotros acerca de una Ley importantísima que opera siempre y en todo momento, aunque a veces no seamos conscientes de ella: Ley del karma. De esto habría muchísimo de que hablar, más el verano trae calor y pide relax y descanso, ralentizándose el brío de la vida… también es necesario descansar… así que no me extenderé mucho. A lo largo del veranito las publicaciones serán más breves y ligeras… como una ensalada fresquita... Y sé que tengo muchísimos amigos "al otro lado del charco" que están ahora en su invierno… Abrazos de corazón para todos…
🍒
Caminantes… nada escapa al Universo, todo aquello que negamos, volverá una y otra vez con más fuerza a por nosotros con el fin de transcenderlo, superarlo, integrarlo, y compensar el daño que hayamos producido en esta vida o en otras pasadas. Podemos engañarnos a nosotros mismos, incluso a otros compañeros del camino, mas nunca al Universo… Por eso te digo… Se prudente y precavido con desear, o hacer el mal, dañando y provocando sufrimiento gratuito a otras personas… Tarde o temprano te alcanzará a ti mismo y pagarás por ello. Es la Justicia Divina... y no habrá lugar en todo el Universo para esconderse...
🍒
¿Cómo? Compensando el dolor infringido en personas inocentes… en tus propias carnes. Si cuando dañas a otros compañeros no eres capaz de ver que no tenemos ese derecho, muchas veces la única manera será pasar por una experiencia similar… El karma o deuda espiritual no es un castigo, es aprender que las consecuencias de nuestros actos deben ser reparadas y/o compensadas… Es pensar, sentir y actuar conociendo y comprendiendo que toda causa tiene su efecto (toda acción provoca una reacción) y que lo que siembres es voluntario, mas la cosecha será obligatoria. Si plantas un cerezo, no recogerás limones… Si siembras dolor, adivinas qué recolectarás?



sábado, 16 de julio de 2016

Encarnizamiento animal



¡Dios mío! ¡Qué les estamos haciendo!
Salvaje esclavitud de explotación,
asesinos a sueldo y amos sin escrúpulos,
proteína teñida de brutalidad sin límites.


¿Dónde quedó el respeto y la ética
por aquellos que nos dan su cuerpo,
dándonos vida a través de su carne?
Seres desagradecidos los humanos.


A cambio les devolvemos solo
sufrimiento, crueldad y agonía,
esclavizándoles, martirizándoles,
torturándoles, hasta su último aliento.


Esas terneritas destetadas a toda prisa
 de sus madres, llevadas de cualquier forma al
matadero, hacinadas en camiones de muerte,
miedo y sufrimiento atroz nos comemos.
Recuerda que somos lo que ingerimos.


Esas cerdas privadas de total movimiento
solo sirven como máquinas de procrear
 y de dar de mamar a sus lechoncitos,
le serán arrebatados en cuando se gire,
llevados al pelotón de fusilamiento.


Esas gallinas sin moverse de sus jaulas 
sin sentir nunca la luz del sol, el viento
en sus plumas y la tierra para picotear,
les arrancan el pico para que no se maten.
¡Como sabrán sus huevos malditos!


Patos, toros, conejos, perros, corderos,
 peces, aves.... interminable es la lista negra,
Por tierra, mar y aire, emponzoñamos,
envenenamos, asesinamos, destruimos...


Son masacrados sin compasión,
sus lágrimas ahogan mi ser,
su sufrimiento me hiela la sangre,
su agonía grabada en su carne.


Todo vale para sobrealimentar
a la raza animal más cruel, sádica,
bestia, carroñera y parásita que
nunca existió sobre la faz de la tierra,
animales racionales sin corazón.


¿Quién nos ha otorgado ese derecho
de explotación animal tan extrema?
Demasiada proteína nos aturde el alma,
haciéndonos creer que somos superiores,
dueños y señores de este mundo...

 
Recuperemos la ética de la compasión,
el fin de su explotación sin corazón,
disminución de la superpoblación
 de la mayor plaga que el mundo
 conoció: los seres humanos.


lunes, 4 de julio de 2016

Amor


La fuerza más poderosa del universo,
la única y más grande verdad, nuestra meta última,
capaz de transcender dimensiones y agujeros negros,
está al alcance de todos y sin embargo se nos escapa,
no se la puede retener, solo dejar fluir, regalándola sin condiciones.


Desde pequeños nos van inculcando que el amor está condicionado a todo:
si te portas bien, si comes todo, si haces los deberes... te querré...
y de mayores el amor se acaba dando por interés,
se convierte en moneda de cambio, en apego y posesión...
nos tatuaron también que no estaríamos completos hasta encontrar
a tu media naranja, asustándonos de estar solos con nosotros mismos.


Y la media naranja no existe, somos seres completos
en nosotros mismos, y es solo nuestra responsabilidad
buscar nuestro propósito de vida, descubrir quienes somos,
despertar de este letargo y ponerse en marcha contra viento y marea,
es una misión titánica que será dada con pasitos de hormiguita,
poco a poco, para eso tendremos un océano de oportunidades.


Y será a través del AMOR libre, como el viento
que cabalga invisible a nuestro alrededor y que no es captado
por nuestros cinco sentidos sino por nuestro corazón...
hay que estar atento y preparado y dejarse atravesar
sin miedos por esta poderosísima fuerza siendo honesto, humilde,
valiente, compasivo, responsable, aderezado de sacrificio, esfuerzo y disciplina.


Cuando das amor desinteresadamente y sin condiciones,
el universo conspira a tu favor y te es devuelto multiplicado,
porque el amor incondicional ofrecido desde lo más
profundo de tu alma cuando retorna y es compartido
en sintonía y armonía, es un regalo del universo.


Y la dicha, la felicidad, la plenitud y la paz interior
recorre cada célula de tu cuerpo, rezumando por cada poro de tu piel,
vibrando armónicamente con el eco de la melodía del amor del cosmos infinito,
te sientes en trance y ya no existes en un tiempo concreto,
simplemente eres en un eterno presente en comunión con
ese alma gemela, sintiendo que 1 + 1 es 1, la unidad, la unión.


Por el camino de nuestra existencia en la tierra,
cuando nos encontramos con almas de nuestra manada,
la sacudida te deja con la boca abierta y el alma tocada,
los reconoces porque parece que ya los conocías de otro tiempo,
de otro lugar anterior a esta vida, no hay escudos, ni corazas,
ni muros, ni barreras, no los necesitas y eso el alma lo sabe al instante.


Y te pones a hablar  y no es que hables el mismo lenguaje,
es que hablas con el mismo código, en el mismo canal y sintonía,
como ondas resonantes, y estas almas tan despiertas
nos ayudan a seguir avanzando en la espiral de nuestra evolución,
siendo un privilegio poder compartir un trocito del camino con ellas.


Por eso el amor cuando lo sientes como una carga, como un lastre,
como algo castrante, como un peso que te impide seguir y
avanzar en tu evolución personal, cuando es posesión y apego,
cuando es amor condicionado e interesado, eso no es amor verdadero...
Y tu alma se ahoga, se asfixia, no puede respirar, no fluye
con naturalidad, no se le está dejando SER, no se le permite
expandirse y evolucionar, es cuando está en tu mano cortar radicalmente
esa cuerda, esa cadena que te mantiene parado y levar anclas.


Por ello no hay parejas sino compañeros de viaje que sumen...
y se es muy afortunado si encontramos un alma de nuestra manada
con la que compartir experiencias y sabiduría, sin forzar nada,
donde todo surge espontáneamente, es un sentimiento sublime, divino...
La fidelidad es hacia ti mismo, ser fiel con tus principios y valores éticos,
y yo... no permitiré que nada ni nadie me corte mis alas, ni siquiera yo.


Quiero volar alto, surcar los mares y los cielos,
poniendo todo mi amor y mi consciencia al servicio de los demás
y al de mí misma, parándome también a disfrutar de este regalo
otorgado para crecer y evolucionar llamado VIDA,
porque en esta autopista también hay aéreas de servicio,
necesarias para descansar  y disfrutar y así luego continuar en mi camino hacia la luz.