La fuerza más poderosa del universo,
la única y más grande verdad, nuestra meta última,
capaz de transcender dimensiones y agujeros negros,
está al alcance de todos y sin embargo se nos
escapa,
no se la puede retener, solo dejar fluir,
regalándola sin condiciones.
Desde pequeños nos van inculcando que el amor está
condicionado a todo:
si te portas bien, si comes todo, si haces los
deberes... te querré...
y de mayores el amor se acaba dando por interés,
se convierte en moneda de cambio, en apego y
posesión...
nos tatuaron también que no estaríamos completos
hasta encontrar
a tu media naranja, asustándonos de estar solos con
nosotros mismos.
Y la media naranja no existe, somos seres completos
en nosotros mismos, y es solo nuestra
responsabilidad
buscar nuestro propósito de vida, descubrir quienes
somos,
despertar de este letargo y ponerse en marcha contra
viento y marea,
es una misión titánica que será dada con pasitos de
hormiguita,
poco a poco, para eso tendremos un océano de
oportunidades.
Y será a través del AMOR libre, como el viento
que cabalga invisible a nuestro alrededor y que no
es captado
por nuestros cinco sentidos sino por nuestro
corazón...
hay que estar atento y preparado y dejarse atravesar
sin miedos por esta poderosísima fuerza siendo
honesto, humilde,
valiente, compasivo, responsable, aderezado de
sacrificio, esfuerzo y disciplina.
Cuando das amor desinteresadamente y sin
condiciones,
el universo conspira a tu favor y te es devuelto
multiplicado,
porque el amor incondicional ofrecido desde lo más
profundo de tu alma cuando retorna y es compartido
en sintonía y armonía, es un regalo del universo.
Y la dicha, la felicidad, la plenitud y la paz
interior
recorre cada célula de tu cuerpo, rezumando por cada
poro de tu piel,
vibrando armónicamente con el eco de la melodía del
amor del cosmos infinito,
te sientes en trance y ya no existes en un tiempo
concreto,
simplemente eres en un eterno presente en comunión
con
ese alma gemela, sintiendo que 1 + 1 es 1, la unidad,
la unión.
Por el camino de nuestra existencia en la tierra,
cuando nos encontramos con almas de nuestra manada,
la sacudida te deja con la boca abierta y el alma
tocada,
los reconoces porque parece que ya los conocías de
otro tiempo,
de otro lugar anterior a esta vida, no hay escudos,
ni corazas,
ni muros, ni barreras, no los necesitas y eso el
alma lo sabe al instante.
Y te pones a hablar y no es que hables el mismo lenguaje,
es que hablas con el mismo código, en el mismo canal
y sintonía,
como ondas resonantes, y estas almas tan despiertas
nos ayudan a seguir avanzando en la espiral de
nuestra evolución,
siendo un privilegio poder compartir un trocito del
camino con ellas.
Por eso el amor cuando lo sientes como una carga,
como un lastre,
como algo castrante, como un peso que te impide
seguir y
avanzar en tu evolución personal, cuando es posesión
y apego,
cuando es amor condicionado e interesado, eso no es
amor verdadero...
Y tu alma se ahoga, se asfixia, no puede respirar,
no fluye
con naturalidad, no se le está dejando SER, no se le
permite
expandirse y evolucionar, es cuando está en tu mano
cortar radicalmente
esa cuerda, esa cadena que te mantiene parado y
levar anclas.
Por ello no hay parejas sino compañeros de viaje que
sumen...
y se es muy afortunado si encontramos un alma de
nuestra manada
con la que compartir experiencias y sabiduría, sin
forzar nada,
donde todo surge espontáneamente, es un sentimiento
sublime, divino...
La fidelidad es hacia ti mismo, ser fiel con tus
principios y valores éticos,
y yo... no permitiré que nada ni nadie me corte mis
alas, ni siquiera yo.
Quiero volar alto, surcar los mares y los cielos,
poniendo todo mi amor y mi consciencia al servicio
de los demás
y al de mí misma, parándome también a disfrutar de
este regalo
otorgado para crecer y evolucionar llamado VIDA,
porque en esta autopista también hay aéreas de
servicio,
necesarias para descansar y disfrutar y así luego continuar en mi
camino hacia la luz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario