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sábado, 10 de septiembre de 2016

Principio de Vibración


"Nada reposa, todo se mueve, todo vibra."

¡¡Buenos días, compañer@s del camino!! Sentía muchas ganas de volver a saludaros y de ser y estar con vosotros, compartiendo una vez más un trocito del camino. Hoy, y tal como os avancé, continuaré desgranando el tercer principio de "El Kybalión": el Principio de Vibración. Amigos… Todo vibra, no hay nada que permanezca inmóvil. En el Universo no existe nada que no esté en movimiento, que no avance, evolucione y vibre. Nada hay firme, estable y estático. Y si no fluimos con la vida, si decidimos quedarnos sentados sin hacer nada, tened por seguro que llegarán crisis importantísimas a nuestras vidas. No vale no hacer nada. La vida pide cambio, transformación, transmutación. Cuanto más cerrados, rígidos e inflexibles seamos, más esfuerzo hará el Universo para arrancarnos de ese estancamiento, y normalmente será con dolor y sufrimiento hasta conocer, entender y amar. No nos aferremos como el crustáceo a la roca. Soltemos y confiemos en que el Universo nos proveerá con todo aquello que merecemos. Herman@s, siguiendo al hilo de los diferentes niveles vibratorios, sabed que, las vibraciones más positivas provienen de los pensamientos más elevados y que, estos pensamientos no están físicamente en nuestro cerebro. Son captados de un espacio infinito, lleno de posibilidades infinitas que elegimos pensar. Por tanto, no somos los pensamientos, sino el/la que realizamos la elección, en base a nuestra intención que emana del corazón, el autentico maestro que reside en todos y cada uno de nosotros. Ese es nuestro gran poder y responsabilidad.
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Compañer@s del camino, en el Universo existen tres niveles elementales de vibración, como tres escalones, digamos, y de acuerdo con nuestro nivel vibratorio, estamos ubicados en alguno de ellos. Como consecuencia, atraeremos lo que esté en ese nivel. El más bajo equivale a vibrar en emociones negativas, como la depresión, la rabia, la angustia, la tristeza, el rencor… y un largo etcétera, que nos convierten en víctimas de las circunstancias y nos ciegan. Son las emociones de la dualidad, las que te separan de la unidad que somos. Las situaciones que se generan y que atraeremos, en este nivel, las llamamos "mala suerte". La mala o buena suerte no existe, no es azar, no es casualidad. Somos sus constructores y solo siendo conscientes de ello, podremos cambiarlo, dándonos cuenta que todo es causalidad. El siguiente nivel es la vibración media, donde aparecen los obstáculos y problemas, los cuales empiezan a ser vistos como retos y desafíos. Fluyendo con la situación conseguimos, poco a poco, ir resolviéndolos, incorporando las lecciones que portaban y mostrando una actitud más optimista hacia la vida. Finalmente, el nivel vibratorio más poderoso y a la vez más liviano corresponde al tercer nivel, al de la iluminación, la paz interior y el amor perfecto. Cuando uno vibra en este nivel, el reconocimiento del poder personal es total, y por lo general, se utiliza para servir a la humanidad. Es el nivel de la unidad-unión-unicidad, con todos y todo. Pensamientos y sentimientos unificadores e integradores. Sinergia entre cerebro y corazón. Congruencia y coherencia. La alegría se siente cosquilleante y juguetona en cada célula y átomo de nuestro Ser.
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Por general, la mayoría andamos en el segundo escalón, pudiendo saltar a uno o a otro, dependiendo del nivel de Conciencia alcanzado y del momento vital en el que nos encontremos. El primero pertenece al nivel del ego (dominando más que el alma) y "la mala suerte". En el segundo, comenzamos a sentir "la buena suerte" y que la vida nos sonríe, cuando en realidad somos nosotros los que sonreímos, y que, por el "efecto espejo", nos es devuelta esa sonrisa o confianza. Y el tercer nivel corresponde al espíritu. Es el nivel de la Fe absoluta y Confianza total, donde se producen los "milagros". Por tanto, estimados compañer@s, llegados a este punto, comprenderéis la suprema importancia de cuidar nuestro nivel vibratorio. Además, en cuanto mejoramos nuestra vibración personal, mejoramos la de todos aquellos que nos rodean, tan solo con nuestra presencia armoniosa. Se contagia. Al elevar la frecuencia, las relaciones con los demás también mejoran. Al revés no funciona. Ninguna persona de vibración baja puede hacer bajarnos la nuestra, a no ser que nos encontremos débiles en ese momento y que no estuviéramos vibrando alto. "Las leyes superiores siempre se imponen sobre las inferiores". Sé tú el cambio que quieres ver en el mundo, decía Gandhi. No podemos arreglar la casa de los demás, si todavía no hemos arreglado la nuestra. Herman@s, recordemos que aquellas personas que nos generan problemas, son los auténticos maestros que ponen a prueba nuestra posición, sabiendo si es sólida o no. Somos espejos unos de otros, lo que ves en mí, por lo general, está en ti, tanto lo bueno como lo no tan bueno.Y otro apunte importante: nuestra energía es más elocuente que las palabras... "Oímos" como vibramos.
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Quizás llegados a este punto, os intrigue cómo elevar la vibración personal. Aquí os dejo unas pautas generales. Podemos empezar por rodeándonos de personas y/o situaciones de buenas y elevadas vibras: la belleza de un paisaje, un libro inspirador, un cuadro hermoso, una melodía sublime, un paseo por la naturaleza, que tanto purifica con su energía sanadora, un amanecer o un atardecer, una charla interesante, emotiva o profunda con una persona que aprecias… Si os dais cuenta, son momentos de unidad entre "el objeto" donde focalizas tu atención y nosotros mismos. La belleza y la paz resuenan en ti porque el alma es bella, sabia y calmada, y en esa unión-comunión, la paz inunda tu corazón y tu mente. Y lo más importante: trabajar con nosotros mismos, atrayendo pensamientos y sentimientos positivos, elevados y unificadores, creyendo y confiando en nosotros (certeza de que algo es porque lo sabes), manteniendo la fe en aquello que nos encaja por resonancia, aunque todavía no tengamos la certeza (mas sí la intuición). Debemos ser muy cuidadosos con la palabra (poder creador inmenso) y seleccionar lo que leemos y las imágenes que vemos, pues toda la violencia y sus derivados negativos nos cargan de negatividad. También podemos incrementar nuestra vibración mediante la sensación física en su justa medida: deportes, baile, caminar, ver películas cómicas o de sentimientos, valores o actitudes elevadas, estar con gente que nos haga reír. El reír neutraliza al enfado. Otro punto importante es mejorar nuestra alimentación: menos carne, sobre todo roja (más propensión a enojarte, comemos el sufrimiento del animal), alimentos procesados (tan manipulados), azucares refinados, alcohol, etc… El vestir colores alegres, el mejorar nuestra postura corporal, el sonido Ohm, la práctica del silencio, la invocación desde el corazón de los ángeles guardianes y tu "yo superior"… Y quizás el más importante: amarse a uno mismo. El poder sanador del amor universal es inconmensurable… (Esto daría para varios capítulos).
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Caminantes… No es mi intención extenderme más. Os he dejado algunas pautas para que investiguéis por vuestra cuenta. Si no corto ahora, podría escribir un libro y no es esa la intención de este post… jejeje… Agradeceros de corazón vuestro apoyo… Esto que he escrito lo hago por amor y por la firme voluntad de compartir. Hasta donde yo no llego, llegas tú… La magia del compartir… Recibid mi abrazo de luz y amor… Desearos una feliz semana y hasta la próxima…