Hola de
nuevo del camino, ¿Cómo os va? Hoy quería reflexionar con vosotr@s sobre un
estado emocional por el cual todos hemos pasado o estamos en ello y que nos
desgasta más de lo que pueda parecer en un principio: el estado de queja…
Quizás una gotita nos invite a cambiar la situación, a no conformarnos y a
querer mejorar, al notar que una situación no nos gusta o que nos hace sentir
mal, que es injusta o que va en contra de nuestros principios y/o valores,
puesto que si aceptáramos todo seríamos plantas, mas hablo de cuando no hacemos
más que quejarnos y quejarnos y no hacemos nada por cambiar la situación
interna y externa. La interna es un trabajo personal, es mi actitud, es la
aceptación sincera de la situación y ponerse a trabajar mediante la acción y
transformando el pensamiento para que no me afecte y pueda dar lo mejor de mí,
continuando mi camino… Cuando así lo hacemos recuperamos la paz interior y
serenidad y eso nos hace sentirnos mejor, pues hemos alineado pensamiento,
sentimiento y acción, es decir, hemos sido COHERENTES. El pecho deja de
ahogarnos y apretarnos y sentimos que se ensancha y respira. Estamos
transmutando la negatividad enferma en positividad, flotando en la verdad
universal del amor y eso nos da alas… La situación externa o circunstancias
muchas veces no estará en nuestras manos cambiarla… entonces aléjate de ella
para no salir herido, debemos protegernos, es nuestra responsabilidad… y en el
caso de que podamos hacer algo, hagámoslo sin quejarnos.
Si nos
quedamos aferrados en la queja, como el crustáceo en la roca, ésta será como
una venda que nos impedirá avanzar, soltar, crear, elevar, apreciar, valorar,
disfrutar, admirar y alabar la vida, a otras personas o situaciones
maravillosas que se suceden a nuestro alrededor y que por esa venda que llevamos
no las podemos "VER". Cuando hablo de disfrutar no solo hablo desde
los sentidos externos sino también y quizás más importante, desde los internos,
conectados a nuestro hemisferio derecho (esto lo dejo para otro día). La queja,
por medio de la palabra, crea estrés, insatisfacción, agitación, desasosiego,
intranquilidad, ansiedad llenándolo todo de espesura, densidad y negatividad de
la que te ancla, te corta las alas y te impide volar ligero como el viento. La
ira, rabia, impotencia… hacen su aparición en la queja reiterativa y nos va
descargando como una pila, perdiendo toda nuestra fuerza por la boca y
metiéndonos en el bucle de la separación y la dualidad, de pesimismo y
negatividad que nos arrastra a sentir la impotencia y la desesperación correr
por nuestras venas corroyendo el alma. Amigo, responsabilizar a los demás no
servirá para nada, eso es echar balones fuera y no asumir las riendas de
nuestra vida, aceptando y actuando. No queda otra, y hacerlo consciente es ya
un gigantesco paso pues si no lo sabemos no podemos actuar… ahora ya somos
conscientes, toca actuar…
Como dice
el famoso proverbio chino… Si tiene solución, para que te quejas y si no lo
tiene, menos entonces… La queja es como una mecedora que nos mantiene ocupados,
mas no nos lleva a ninguna parte, lenguaje de la derrota antes de empezar
siquiera a luchar, cobardía disfrazada de valentía, no desperdiciemos algo tan
valioso como nuestro tiempo y energía y menos transformándola en negatividad
enferma… Recuerda que la calidad de las palabras creará nuestro futuro… Dime
como hablas y te diré que te sucederá, dice el refrán y es cierto aunque lo
hagamos sin darnos cuenta… La queja paraliza, destruye, detiene, inmoviliza… al
final no ves más allá… la queja crea emociones y sentimientos negativos que nos
van minando y arrastrando a la tristeza, apatía, inactividad, depresión, vacío…
Está en nuestra mano cambiarlo, es nuestro poder y debemos TRANSMUTARLO en
pistoletazo de salida a la acción. Si una situación me provoca queja en un
grado excesivo y dañino, primero lo identifico y segundo una vez que soy
consciente de ello, lo cambio, así no habrá victimismo, y sí acción y fuerza de
voluntad al servicio.
Amig@s,
vamos a ocuparnos de nosotros mismos, buscando lo que nos apasiona e ilusiona,
aceptando y pensando en positivo, y así nos cargaremos de emociones y
sentimientos positivos que se traducirán en acción de la buena, expandiéndose a
nuestro alrededor un halo de paz y armonía… danzaremos con la vida acompasada
con el ritmo de la UNIDAD, bañándonos en una luz multicolor que nos elevará
dándonos alas y transmutando así del gris…. a la ligera y poderosa luz
multicolor del arcoíris…
Bendiciones…
vuestra amiga Raquel