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domingo, 10 de enero de 2016

El viaje a la felicidad


Hola compañer@s, ¿cómo estáis? Tema potente el de hoy... nada más y nada menos que la felicidad. Primeramente comentar que es para mí la felicidad. Y tener en cuenta que no busco tener razón, tan solo exponeros desde mi humildad mi punto de vista. Pues a lo que iba, para mí la felicidad es un estado de serenidad, paz interior y armonía sostenida con uno mismo y con todo lo que te rodea, en la medida en que podemos, es decir, tiene fluctuaciones, pero no excesivamente importantes porque si eres feliz, has alcanzado una etapa en la que los acontecimientos externos no te afectan tanto porque tú mismo no lo permites, has puesto límites y a la vez has asumido responsabilidad sobre tus pensamientos, sentimientos y actos. Te has permitido SER TÚ MISMO, te aceptas tal y como eres, con tus errores y aciertos, sin juzgarte, y sin tener miedo de la luz que portas, dejándola salir. La felicidad es AMOR, es quererse a uno mismo...


Nos adoctrinan en esta sociedad tatuándonos que la felicidad hay que buscarla fuera, en lo material o en otras relaciones. Nos hacen creer que si me mato a trabajar para tener el último modelo de coche, o de móvil o me compro tal o cual traje de marca, seré feliz. Que si encuentro a mi media naranja estaré completo... PUES NO ES ASÍ, es falso. Es más, así no la sentirás, correrás como gallina sin cabeza de un lado para otro buscándola fuera, cuando en realidad eres portador de ella. Solo tienes que pararte un momento a reflexionar, sacar tiempo para ti mismo, mirar en tu interior cerrando los ojos, porque para VER hay que cerrarlos, y así descubrirás que la felicidad siempre ha estado dentro de ti. Hay que encontrar el tiempo para estar en soledad (gran maestra), para meditar y reflexionar quienes somos, cuáles son nuestros dones y talentos y cuál es nuestro propósito de vida... que no es pagar la hipoteca a final de mes.


La felicidad no es conseguir algo material, eso solo te dará un placer momentáneo y tampoco reside en encontrar a alguien que te complete. Tú eres un ser completo en ti mismo, no debes buscar los cachos que te faltan en otras personas, sino más bien al revés, primero completarte tú y así podrás dar a los demás tu amor, tu conocimiento y la luz de tu sonrisa... Solo cuando estés completo y te ames a ti mismo sin egoísmo, podrás amar a tu pareja o al resto de las personas... hay un largo camino para ello, y lo harás mediante el autoconocimiento, buscando y preguntando, y mediante el esfuerzo, la disciplina, la voluntad aderezado de compromiso, ilusión, valentía, amor... asumiendo las riendas de tu vida y poniendo limites cuando sea necesario, recogiendo tu poder, ese que lo has desperdigado por ahí y que te pertenece solo a ti. Las relaciones con los demás deben servir para sumar, no para restar, y cuando encuentras a alguien con la que compartir un trocito de tu camino, la dicha y la felicidad se multiplica exponencialmente al sentirte en unidad y comunión. Y... cuidado cuando te moleste algo en los demás, que salten todas las alarmas porque seguramente eres portador de ello también en tu sombra... pues vemos la paja en el ojo ajeno pero no la viga en el nuestro. Ser conocedor de ello es ya un gran paso para mejorar e intentar transformarlo en algo positivo, en lección aprendida.


La felicidad es un viaje, no una meta, es ser consciente de lo afortunados que somos en esta oportunidad de vida, en este campo de entrenamiento en el que estamos con el propósito de crecer, madurar, evolucionar como ser espiritual, buscando, encontrando y valorando todos los "bienes" que todos portamos dentro de nosotros mismos... Y esto no es nuevo. Ya Séneca hace más de 2000 años, en "Cartas filosóficas" escribió que un hombre que lo perdió todo en un incendio, al preguntarle si había perdido alguna cosa, él contestó: nada he perdido, todos mis bienes están conmigo: justicia, valentía, prudencia... los bienes necesarios para la felicidad pues no considero un bien algo que se te pueda arrebatar... Magnifica lección para ilustrar que lo material no da la felicidad y que ésta no te puede ser arrebatada por nada ni por nadie porque no depende más que de ti mismo.


Y ya para terminar, comentaros que la guinda del pastel llega cuando despiertas a quién eres en realidad, cuando descubres para que estas aquí, y cuáles son los dones que llevas dentro de ti para ofrecer al mundo, mientras tratas de aprender tus propias lecciones... entonces la dicha, el gozo, la satisfacción, la plenitud llega y se posa en tu alma, anidando sentimientos tan puros, poderosos y nobles que la luz de tu corazón se expande hacia fuera y son los demás los que captan la luz que irradias, tan hermosa y inocente que transciende todo y todos a tu alrededor...

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