Hola compañer@s, ¿cómo estáis? Tema potente el de hoy... nada
más y nada menos que la felicidad. Primeramente comentar que es para mí la
felicidad. Y tener en cuenta que no busco tener razón, tan solo exponeros desde
mi humildad mi punto de vista. Pues a lo que iba, para mí la felicidad es un
estado de serenidad, paz interior y armonía sostenida con uno mismo y con todo
lo que te rodea, en la medida en que podemos, es decir, tiene fluctuaciones,
pero no excesivamente importantes porque si eres feliz, has alcanzado una etapa
en la que los acontecimientos externos no te afectan tanto porque tú mismo no
lo permites, has puesto límites y a la vez has asumido responsabilidad sobre
tus pensamientos, sentimientos y actos. Te has permitido SER TÚ MISMO, te
aceptas tal y como eres, con tus errores y aciertos, sin juzgarte, y sin tener
miedo de la luz que portas, dejándola salir. La felicidad es AMOR, es quererse
a uno mismo...
Nos adoctrinan en esta sociedad tatuándonos que la felicidad
hay que buscarla fuera, en lo material o en otras relaciones. Nos hacen creer
que si me mato a trabajar para tener el último modelo de coche, o de móvil o me
compro tal o cual traje de marca, seré feliz. Que si encuentro a mi media
naranja estaré completo... PUES NO ES ASÍ, es falso. Es más, así no la
sentirás, correrás como gallina sin cabeza de un lado para otro buscándola
fuera, cuando en realidad eres portador de ella. Solo tienes que pararte un
momento a reflexionar, sacar tiempo para ti mismo, mirar en tu interior
cerrando los ojos, porque para VER hay que cerrarlos, y así descubrirás que la
felicidad siempre ha estado dentro de ti. Hay que encontrar el tiempo para
estar en soledad (gran maestra), para meditar y reflexionar quienes somos,
cuáles son nuestros dones y talentos y cuál es nuestro propósito de vida... que
no es pagar la hipoteca a final de mes.
La felicidad no es conseguir algo material, eso solo te dará
un placer momentáneo y tampoco reside en encontrar a alguien que te complete.
Tú eres un ser completo en ti mismo, no debes buscar los cachos que te faltan
en otras personas, sino más bien al revés, primero completarte tú y así podrás
dar a los demás tu amor, tu conocimiento y la luz de tu sonrisa... Solo cuando
estés completo y te ames a ti mismo sin egoísmo, podrás amar a tu pareja o al
resto de las personas... hay un largo camino para ello, y lo harás mediante el
autoconocimiento, buscando y preguntando, y mediante el esfuerzo, la
disciplina, la voluntad aderezado de compromiso, ilusión, valentía, amor...
asumiendo las riendas de tu vida y poniendo limites cuando sea necesario,
recogiendo tu poder, ese que lo has desperdigado por ahí y que te pertenece
solo a ti. Las relaciones con los demás deben servir para sumar, no para
restar, y cuando encuentras a alguien con la que compartir un trocito de tu
camino, la dicha y la felicidad se multiplica exponencialmente al sentirte en
unidad y comunión. Y... cuidado cuando te moleste algo en los demás, que salten
todas las alarmas porque seguramente eres portador de ello también en tu
sombra... pues vemos la paja en el ojo ajeno pero no la viga en el nuestro. Ser
conocedor de ello es ya un gran paso para mejorar e intentar transformarlo en
algo positivo, en lección aprendida.
La felicidad es un viaje, no una meta, es ser consciente de
lo afortunados que somos en esta oportunidad de vida, en este campo de
entrenamiento en el que estamos con el propósito de crecer, madurar,
evolucionar como ser espiritual, buscando, encontrando y valorando todos los "bienes"
que todos portamos dentro de nosotros mismos... Y esto no es nuevo. Ya Séneca
hace más de 2000 años, en "Cartas filosóficas" escribió que un hombre
que lo perdió todo en un incendio, al preguntarle si había perdido alguna cosa,
él contestó: nada he perdido, todos mis bienes están conmigo: justicia,
valentía, prudencia... los bienes necesarios para la felicidad pues no
considero un bien algo que se te pueda arrebatar... Magnifica lección para
ilustrar que lo material no da la felicidad y que ésta no te puede ser
arrebatada por nada ni por nadie porque no depende más que de ti mismo.
Y ya para terminar, comentaros que la guinda del pastel llega
cuando despiertas a quién eres en realidad, cuando descubres para que estas
aquí, y cuáles son los dones que llevas dentro de ti para ofrecer al mundo,
mientras tratas de aprender tus propias lecciones... entonces la dicha, el
gozo, la satisfacción, la plenitud llega y se posa en tu alma, anidando
sentimientos tan puros, poderosos y nobles que la luz de tu corazón se expande
hacia fuera y son los demás los que captan la luz que irradias, tan hermosa y
inocente que transciende todo y todos a tu alrededor...
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