quién eres y para que estás aquí.
Sin enjuiciar, sin pensar, sin dudar,
tan solo volviendo a la unidad.
El ser humano nace libre y se
convierte en esclavo, por el
adoctrinamiento y lavado de
cerebro al que somos sometidos.
Nos convertimos en auténticos
tullidos emocionales, por los
traumas recibidos, pues no
supimos encajarlos y sanarlos.
Nos grabaron a fuego la división,
la competición, la separación,
la comparación, todas ellas
herramientas del ego razonador.
Corazones discordantes que laten
sin ritmo en una orquesta de ruido,
cada uno por su lado y yo por
el mío, círculo vicioso de soledad.
La libertad requiere de búsqueda,
exploración, valentía, fortaleza,
pues es arrancarse la venda que
cubre tus ojos y ahoga tu alma.
Desechar todo lo que te contaron,
reconocer con humildad que no
sabías nada, y empezar de cero, con
los ojos del corazón abiertos sin igual.
Fuera dogmas, aprende a cuestionar
todo lo que te contaron, deja que la
magia del sentimiento florezca, porta
la flor más bella que jamás existió.
La libertad y el amor van juntas
de la mano, la una sin la otra no
pueden caminar, solo la Conciencia
despierta las une con sacralidad.
Trae del olvido que la libertad
conlleva, en sí misma, una gran
responsabilidad, siendo coherente
y consecuente con tu caminar.
Mentalidad abierta de par en par
para que dejes entrar la grandeza de
la libertad del Ser, con el sentido de
la unidad, otorgada por tu divinidad.
Vuestra hermana, Raquel... Abrazo de Luz Dorada... Feliz fin de semana...
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