RAdiantes días, herman@s de corazón, palpitante de Amor… Saludos
estelares… En esta nueva entrega seguiré dando mis pinceladas sobre el
país nipón… Veamos… Me había quedado la semana pasada acerca de su
carácter, en general. Tengo que decir por activa y pasiva que, a pesar
de ser una sociedad híper consumista, me he sentido cómoda por el
respeto, armonía, silencia, calma, delicadeza, sutileza, orden,
organización, limpieza reinante… He estado 3 semanas sin escuchar un
pitido ni sonido de celulares-móviles… Todo el mundo mantiene el
teléfono en silencio para no importunar. Hablar por el mismo en
transportes públicos está prohibido para no molestar y que te enteres de
conversaciones privadas que a nadie le interesan. No hay gritos, se
habla bajo y pausado. La limpieza tan extrema, hasta el rincón más
insospechado estaba reluciente, me dejaba pensativa y con la boca
abierta muchas veces. Y es que en el colegio una asignatura es la
limpieza. Allá donde caminé, sus miradas siempre furtivas y llenas de
respeto jamás hacen la radiografía al completo, no juzgan… Cada uno a lo
suyo… Fijaos que yo, con mis tattos, que allí son horriblemente mal
vistos (señal de que perteneces a la mafia Yakusa) y me miraban de
reojo, con disimulo, nunca haciéndome sentir incomoda.
La finura, elegancia, sensibilidad y sutileza, tanto en su vestir, en
sus movimientos, en sus jardines, etc… son de Gran belleza y armonía. Mi
talla XS aquí, allí es M. Sus raciones de comida, aquí son una
tapa-pintxo, y para qué más? No usan vaqueros… ellos, pantalón de vestir
y camisa y ellas, faldas, vestidos y pantalones de colores discretos (y
yo, con mis vaqueros, jejeje). Y qué decir de los jardines… Los árboles
podados como si fueran bonsáis, con sus fuentes, y sus combinaciones.
Nada dejado al azar. Esculpen sus jardines, y sus patios. Eso sí, no se
puede pisar. Ni haciendo trekkings te puedes salir de lo marcado. He
abrazado árboles centenarios, pues los veneran como sagrados, en ellos
residen seres divinos. La paz que se respira en sus jardines es
embriagadora. No encontrarás nada que esté fuera de su sitio, que no
cumpla su función y que no se camufle con lo existente. En el metro,
centenares de personas aguardan ordenadamente su sitio en fila. Pueden
pecar de robots, pero te facilita la vida enormemente. Quizás su aspecto
más gris sea que en esta clonación, hay poco espacio para la
originalidad, espontaneidad, y naturalidad… La improvisación y el
ingenio quedan latentes al no usarse. Y la alegría y algarabía en la
calle inexistente, excepto en sus festivales.
Se sigue la línea y punto, y a poder ser sin exteriorizar el sentir, y
venga… a producir y producir, dejándose la piel y la vida en sus puestos
de trabajo, guardando las formas tanto que hace que llegues a tener dos
caras. Lo que sientes y lo que te está permitido expresar. Horas extras
por un tubo y su lealtad a las grandes corporaciones para las que
trabaja de sol a sol sin pagárselas. Se les supone total abnegación. En
las ciudades, a las horas punta hay un desfile de salesmen por doquier,
con elegancia y maletines, pululan por arriba o por debajo de las
ciudades. En cada estación de tren, el auténtico centro neurálgico de
los diferentes barrios. Y en cada uno de ellas, centros comerciales, y
varias líneas de metro convergen en el otro Tokio, el subterráneo, con
una vida social impresionante, latiendo en el subsuelo. Y al acabar la
jornada maratoniana de trabajo, se pasa al modo "socializar con
alcohol", que hace que se relajen de tanta contención. Hasta 5
tratamientos de lenguaje formal en sus idioma… mucho adorno… La
reputación y el honor marcan sus vidas al grado sumo y si sienten que
han fallado en algo, he de decir que el índice de suicidios en este país
es alto. Como veis, no hay culturas perfectas, y debemos esforzarnos
por quedarnos con lo que vibra en frecuencias de paz y armonía, con
autenticidad y naturalidad.
En Japón, el concepto del "WA" que viene a significar Paz y Armonía
resume muy bien su concepto como cultura. El bien común está por encima
de la individualidad, por eso ellos ven el bosque y no el árbol,
mientras que en occidente vemos el árbol y no el bosque. Para nosotros
hay un ganador y un perdedor, para los nipones, mejor nadie pierde en
exceso ni gana mucho. A los niños se les enseña que más importante que
la verdad en una discusión, es la armonía entre sus miembros, pues habrá
tantas razones como personas en el mundo… cada uno con la suya. Es un
valor añadido el conceder la razón para evitar el "mal rollo" que se
puede generar al discutir. El grupo, o sea la comunidad es más
importante que el individuo y todos se esfuerzan por mantener ese tesoro
de paz y armonía, incluso a expensas de uno mismo. Eso es algo tan
grande, aprender a conceder por el bien común, por mantener el orden…
WOW… Por eso Japón es uno de los países con menos litigios del mundo y
el más limpio… Jamás pude ver un papel tirado en el suelo, y eso que lo
intenté, pues quería hacerle una foto… y no hay papeleras…
Además de que el concepto de "giri" está muy presente en sus vidas.
Esta filosofía hace que se preocupen por aquellas personas que te han
ayudado y que te han dado algo en la vida. Quedan en deuda por ello, y
en deber de devolver la gratitud recibida, aunque se tengan que
sacrificar. Muchas veces será en forma de regalo. Locura, herman@s…
Consumismo a tope y miles de regalos que hacer, y con mucho tiento.
Socialmente produciría incomodidad si te pasas con el regalo o te quedas
corto. Siempre acorde con el favor que te hicieron. Por ello, el
mantenimiento de la paz en las relaciones sociales en Japón hace que
haya muy pocos litigios. Se resuelven de esta manera. Pensad que la
humildad es un valor añadido, y el grado y el tiempo de inclinación en
la reverencia marca la jerarquía. No son muy religiosos, mezclando el
budismo y el sintoísmo, aunque sí que son supersticiosos… Estampitas y
tablillas en cada templo se venden a precio hora.
Otro añadido: el chotto… no te dirán que "no" nunca… y abiertamente.
Sonreirán nerviosamente y te dirán "un poco, algo, bueno, es que,
quizás, otra vez será… "eso es chotto. Todo en una palabra… jejeje… y el
famoso "sumimasen" que es la letanía de continuo… Es como el sorry,
pero a todas horas… La verdad es que para alguien como yo, acostumbrada a
ir de frente, con tiento, suavidad y amabilidad, pero sin guardarme
aquello que no comulgue con mi sentir y que me cruja por dentro, todos
estos formulismos pueden rozan la paranoia de la invisibilidad. Muchas
veces se hace imprescindible dar un puñetazo encima de la mesa y
expresar el sentir. Uno no se puede diluir tanto que su individualidad
desaparezca. Encontrarse es rescatar la originalidad del Ser, para
aportar y compartir, y así sumar… Si todos hacen lo mismo, es una
especie de estancamiento. Por cierto, y aquí lo dejo por esta semana, la
sociedad nipona adolece de ser todavía machista y ve en la mujer el
servicio a domicilio… Tanta modernidad, y sin embargo en sus estructuras
sociales siguen en una especie de Edad Media… Paradojas del país más
tecnológico del mundo.
Con Amor y en Servicio, vuestra hermanita doRAda, RackeLL.
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